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Dos ríos, Duerna y Turienzo, riegan los estrechos valles, que en algunos tramos se ensanchan y acogen verdes prados y fértiles vegas.

El valle del Duerna, con el Teleno que le da las aguas, es el asiento de los pueblos que más se han distinguido en el trabajo de la madera:  Pobladura de la Sierra, limítrofe con el Bierzo;  Molinaferrera, Chana de Somoza, Filiel y Boisán, al lado del río o muy próximos y Piedras Albas, Busnadiego y Lucillo, algo más alejados y secos.

Maragatería cuenta con seis ayuntamientos: Lucillo, Luyego de Somoza, Santa Colomba de Somoza, Santiago Millas, Val de San Lorenzo, Brazuelo y Astorga. Municipios grandes los de Lucillo y Santa Colomba, con una población muy envejecida y con una diáspora muy abundante. Son muy numerosos los maragatos que emigraron a Madrid (la mayoría pescaderos), a Cataluña (especialmente de Filiel) y a América (Argentina, Venezuela, Cuba, Uruguay y Méjico).

La mecanización de las tareas agrícolas es muy escasa debido a las desfavorables condiciones climáticas y al envejecimiento de la población.

La ganadería ha sido la actividad económica más importante predominando el ganado lanar. En cada localidad suele haber unos dos rebaños con un total de unas mil cabezas que aprovechan los pastos naturales de montes comunales y particulares, ya que las fincas se han ido quedando valdías.

En tiempos pasados ha existido una pequeña industria: la panadería de Pedro Cadierno, trasladada a Astorga hace unos 20 años, y la serrería, carpintería y molino de Pablo Martínez en  Chana de Somoza, últimamente regentados hasta su jubilación por su yerno Tomás Simón.

Desde tiempos muy remotos ha existido una pequeña artesanía de la madera y también textil, practicadas en los seranos de los fríos inviernos, que en unos casos ha sido un complemento económico y otras veces una afición que al mismo tiempo reportaba unos pequeños beneficios.

Muchas veces los pastores, en sus abundantes ratos libres, labraban con la navaja flautas, castañuelas, cucharas, cayatas ... y las pastoras tejían calcetines. La mayoría de los artesanos de la madera fueron pastores de niños y jóvenes. En estas horas interminables o en las largas noches del invierno aprendieron a mimar la madera, a tallarla, a sacarle utilidad, mientras, las mujeres aprovechaban la lana haciendo calcetín para el autoconsumo y para la venta. Son famosos los calcetines de Chana de Somoza.

La lana de las ovejas se aprovechaba para hacer calcetines ("patucos"). Las mujeres los tejían en sus ratos libres (aún hoy se pueden ver en "corrillos" por las tardes haciendo calcetín) y en los "seranos" de las largas noches del invierno. Son las mujeres de Chana las especialistas en esta labor. Tejen mediante cuatro agujas y vienen haciendo un par diario. La producción la venden en casa, en Los Remedios y antes en la feria de Lucillo. La señora María Simón era una gran calcetinera.

La comercialización fue fácil, desde siempre: la feria quincenal de los lunes de Lucillo, hasta hace unos veinte años;  la romería de los Remedios en Luyego y, últimamente, los mercados de los martes en Astorga.

El País de los Maragatos